Un mundo de ilusiones

Quizás puedas pensar que estás ante un blog de viajes, hoteles inaccesibles o artículos de lujo. Realmente ante lo que estás es ante un mundo de ilusiones. Las ilusiones por las que un artesano imagina unos zapatos, las que siente un cocinero para crear un nuevo plato o las que llevan a alguien a dejarlo todo para abrir un hotel en un apartado lugar. Esas mismas ilusiones son las que tú puedes sentir cuando entres en este blog, será el primer paso para iniciar un viaje, conocer ese hotel, probarte unos zapatos y, sobre todo, serán ilusiones que compartirás con otros, porque de entre todas las ilusiones de esta vida, las mejores son las compartidas.
¡Disfrútalas!

27 de febrero de 2011

Adolfo Domínguez: ¿El mejor capuccino de Madrid?

Quién me lo iba a decir a mí, nunca pensé que el mejor capuccino de Madrid me lo iba tomar en una tienda de ropa, concretamente, en la que ha abierto hace un par de meses la firma de moda española Adolfo Dominguez, en el número 5 de la calle Serrano, en su cuarta y última planta. 




La verdad es que no sé de qué me extraño si el restaurante que más he recomendado en los últimos meses ha sido el DOLCE & GABBANA de Milán (www.dolcegabbana.com), exquisito y casi barato, he disfrutado de un buen desayuno en Le Bon Marché de París (www.lebonmarche.com) y de un excelente aperitivo en el Emporio Armani de Londres (emporioarmani.com), sin olvidar el Café Trussardi de Milán (www.trussardi.com). Bueno, pues me extraño, simplemente, de que esto, por fin, esté ocurriendo en Madrid. No me lo esperaba.




Pero no es solo por el capuccino, ya que el rehabilitado edificio de la calle Serrano merece una detenida visita. Se trata de una recuperación realizada con un gusto delicioso. Contemplar sus vigas de madera, paredes, escaleras, lamparás, sofás, etc. produce una sensación de placentera tranquilidad. Madrid está muy cerca pero muy lejos, a la vez. El entorno no vende ropa, aporta ilusión.



Aunque como no solo de café vive el hombre, el referido lounge incluye unos zumos realmente buenos, 7 clases de tés, 5 cocktails y otros tantos tipos de vinos, todo ello a un precio más que razonable, sobre todo si puedes alargar el momento, leyendo el periódico, charlando o simplemente organizando las actividades del día.




En cuanto al contenido de la tienda, aunque no es objeto de esta referencia, decir que la ropa de hombre para esté verano me ha gustado. He visto colores frescos, divertidos, me ha recordado a la primera vez que compré en la tienda de la calle Ortega y Gasset (la primera que abrió), antes de que se le ocurriera aquello tan ingenioso de "la arruga es bella". Eslogan que tuvo su éxito, aunque nadie se lo creyó, era simplemente original y atrevido, porque la arruga no es nada, simplemente es, no merece mayores comentarios. Para todo aquel que esta reflexión le planteé dudas, que no se preocupe, el paso del tiempo se lo aclarará. El tiempo lo aclara todo.




Mientras tanto, que disfrute de un excelente capuccino, maravillosos zumos, copas de cava y coloridos cokcteles, pero, sobre todo, que lo cuente, solo las cosas que se cuentan se llegan a vivir plenamente. Visítala.

17 de febrero de 2011

Londres: BIBENDUM - Un restaurante para recordar


Creado en 1898 por la imaginación de los hermanos Michelin y el pincel del gran artista de carteles Marius Rossillon conocido por O´Galop, el Bibendum se convirtió, rápidamente, en un gran éxito, siempre a la moda, lo que no pudo imaginar es que su paso a través del canal de la Mancha, a principios del siglo XX, acabaría dando nombre y carisma a uno de los más emblemáticos restaurantes de la ciudad de Londres.


El restaurante Bibendum (www.bibendum.co.uk) está situado en el edificio Michelin, construido como sede de la compañía de neumáticos Michelin en 1909. Este edificio es un bello ejemplo de arquitectura Art Nouveau y desde 1987 acoge a un restaurante que vale la pena recordar. Una de las mejores experiencias gastronómicas de Londres, a un precio posible, especialmente, al mediodía.

La ubicación del edificio es perfecta, en 81 Fulham Road, en el barrio de Kensington, a cinco minutos de los almacenes Harrods, a unas pocas calles del Victoria & Albert Museum y The Science Museum, pero, sobre todo, en el centro del buen gusto. Bajando por Brompton Road se nos presenta ante los ojos de forma impecable, produciendo un efecto imán. Rápidamente, te harás numerosas preguntas sobre el edificio olvidando que el objeto de la visita era simplemente comer. ¿Cómo es posible que se pudiera construir hace cien años un edificio, para una compañía de neumáticos, con tanto gusto, tanta elegancia?. ¿Pero, aún más, como ha resistido el paso del tiempo, la piqueta de la especulación o la falta de ideas que ha recorrido casi todas las grandes ciudades?



Todo lo relacionado con Bibendum tiene un punto mágico. Para mayor sorpresa del visitante, además del Restaurante Bibendum, nos encontraremos con el Oyster Bar, el Crustacea Stall y un Café, así como una tienda de flores y otra de artículos de diseño y muebles de vanguardia.


En el Crustacea Stall se puede degustar langostas, cangrejos, camarones, almejas, pescados ahumados y vieiras, entre otros manjares, acompañados por blancos de los 5 continentes o selectos champagnes.






En el Café, afrancesados croissants, sandwiches, sopas, paninis, ensaladas, tartas y frutas, junto con deliciosos cafés, chocolates calientes, zumos de frutas, cervezas, vinos...


Mención aparte merece el Restaurante Bibendum, acogedor en el trato, selecto en la decoración e inolvidable en los platos. La selección es de lo más completa. Al mediodía en generosos menús que a la vez son ligeros de precios, menos de 30 libras (tres platos) o 26 libras (dos platos). Por la noche, a la carta, en un encantador ambiente, a mayor precio, lógicamente; presidido, como no podía ser de otra manera, por la siempre presente imagen de Bibendum, con una media sonrisa, que parece recordar a los comensales que el momento será fugaz, pero el recuerdo puede ser eterno.



Al salir te estarán esperando museos, tiendas, lujos diversos, pero la elección no ofrece dudas, unos de los mayores de este mundo, pasear por las calles de Londres sin un rumbo concreto. París fue concebida para admirarla, Londres para pasearla. A la vuelta te habrás dado cuenta que Bibendum ha pasado a formar parte de tu memoria, lo recordarás pensando aquello de "siempre me quedará algo por hacer en él, con ella."





2 de febrero de 2011

Mille Crepes versus Pamplemousse

Cuando pienso en excusas para volver a New York o París, junto a Las Señoritas de Avignon de Picasso (MOMA) o las pinturas de Monet (Museo Marmottan Monet), sin olvidar los paseos por Park Avenue o Faubourg Saint Honoré, no puedo dejar de pensar en dos tartas. Sí, como lo oyes, dos tartas: Mille Crepes y Pétale de Pamplemousse, sus nombres nos adelantan algo extraordinario.



La primera es la creación de una pequeña boutique pastelera difícil de clasificar, Lady M (New York), en la que, a primera vista, solo encontrarás un mostrador en el que, como obras de arte, las tartas esperan ser contempladas antes que degustadas. Dentro de un pequeño armario la camarera, con ligera cofia, prepara excelsos cafés y sabrosos sandwichs.




Mille Crepes es una tarta que se realiza por una simple superposición de capas y capas de finas crepes rellenas de una sutil crema pastelera. El resultado es una ligera y ordenada mezcla de sabores, que se unen, como si inexcusablemente unos necesitasen de los otros. Sublime acompañada de un capuccino o, incluso, con una copa de Champagne.



Pétale de Pamplemousse, es una de obra de arte, resultado de la pastelería más de moda de París, Hugo & Victor, elegante, producto de una revolución creativa, como todo lo que se hace en París. 

 

Al final estamos ante un pastel ultraligero, que, en la boca, mezcla el jugo del pomelo y el campari, junto con la crema de almendra al limón y los pomelos frescos.  Explosiva y ligera, una sucesión de sensaciones que, extrañamente, se complementan.

Ambas inolvidables, ambas imitadas, aunque, como todo lo auténtico, sólo en Lady M (www.ladymconfections.com) y en Hugo & Victor (www.hugovictor.com) encontrarás la definitiva excusa a ese nuevo viaje. 




Al salir te estarán esperando Las Señoritas de Avignon (MOMA) o Impresión, sol naciente (Museo d´Orsay), entre muchas otras obras que te enseñarán a comprender que casi todo es arte, la gran dificultad es percibirlo.



Lady M, 41 East 78th St, New York

Hugo & Victor, 40 bd Raspail, París