Quién me lo iba a decir a mí, nunca pensé que el mejor capuccino de Madrid me lo iba tomar en una tienda de ropa, concretamente, en la que ha abierto hace un par de meses la firma de moda española Adolfo Dominguez, en el número 5 de la calle Serrano, en su cuarta y última planta.
La verdad es que no sé de qué me extraño si el restaurante que más he recomendado en los últimos meses ha sido el DOLCE & GABBANA de Milán (www.dolcegabbana.com), exquisito y casi barato, he disfrutado de un buen desayuno en Le Bon Marché de París (www.lebonmarche.com) y de un excelente aperitivo en el Emporio Armani de Londres (emporioarmani.com), sin olvidar el Café Trussardi de Milán (www.trussardi.com). Bueno, pues me extraño, simplemente, de que esto, por fin, esté ocurriendo en Madrid. No me lo esperaba.
La verdad es que no sé de qué me extraño si el restaurante que más he recomendado en los últimos meses ha sido el DOLCE & GABBANA de Milán (www.dolcegabbana.com), exquisito y casi barato, he disfrutado de un buen desayuno en Le Bon Marché de París (www.lebonmarche.com) y de un excelente aperitivo en el Emporio Armani de Londres (emporioarmani.com), sin olvidar el Café Trussardi de Milán (www.trussardi.com). Bueno, pues me extraño, simplemente, de que esto, por fin, esté ocurriendo en Madrid. No me lo esperaba.
Pero no es solo por el capuccino, ya que el rehabilitado edificio de la calle Serrano merece una detenida visita. Se trata de una recuperación realizada con un gusto delicioso. Contemplar sus vigas de madera, paredes, escaleras, lamparás, sofás, etc. produce una sensación de placentera tranquilidad. Madrid está muy cerca pero muy lejos, a la vez. El entorno no vende ropa, aporta ilusión.
Aunque como no solo de café vive el hombre, el referido lounge incluye unos zumos realmente buenos, 7 clases de tés, 5 cocktails y otros tantos tipos de vinos, todo ello a un precio más que razonable, sobre todo si puedes alargar el momento, leyendo el periódico, charlando o simplemente organizando las actividades del día.
En cuanto al contenido de la tienda, aunque no es objeto de esta referencia, decir que la ropa de hombre para esté verano me ha gustado. He visto colores frescos, divertidos, me ha recordado a la primera vez que compré en la tienda de la calle Ortega y Gasset (la primera que abrió), antes de que se le ocurriera aquello tan ingenioso de "la arruga es bella". Eslogan que tuvo su éxito, aunque nadie se lo creyó, era simplemente original y atrevido, porque la arruga no es nada, simplemente es, no merece mayores comentarios. Para todo aquel que esta reflexión le planteé dudas, que no se preocupe, el paso del tiempo se lo aclarará. El tiempo lo aclara todo.