Cuando pienso en excusas para volver a New York o París, junto a Las Señoritas de Avignon de Picasso (MOMA) o las pinturas de Monet (Museo Marmottan Monet), sin olvidar los paseos por Park Avenue o Faubourg Saint Honoré, no puedo dejar de pensar en dos tartas. Sí, como lo oyes, dos tartas: Mille Crepes y Pétale de Pamplemousse, sus nombres nos adelantan algo extraordinario.
La primera es la creación de una pequeña boutique pastelera difícil de clasificar, Lady M (New York), en la que, a primera vista, solo encontrarás un mostrador en el que, como obras de arte, las tartas esperan ser contempladas antes que degustadas. Dentro de un pequeño armario la camarera, con ligera cofia, prepara excelsos cafés y sabrosos sandwichs.
Mille Crepes es una tarta que se realiza por una simple superposición de capas y capas de finas crepes rellenas de una sutil crema pastelera. El resultado es una ligera y ordenada mezcla de sabores, que se unen, como si inexcusablemente unos necesitasen de los otros. Sublime acompañada de un capuccino o, incluso, con una copa de Champagne.
Pétale de Pamplemousse, es una de obra de arte, resultado de la pastelería más de moda de París, Hugo & Victor, elegante, producto de una revolución creativa, como todo lo que se hace en París.
Al final estamos ante un pastel ultraligero, que, en la boca, mezcla el jugo del pomelo y el campari, junto con la crema de almendra al limón y los pomelos frescos. Explosiva y ligera, una sucesión de sensaciones que, extrañamente, se complementan.
Ambas inolvidables, ambas imitadas, aunque, como todo lo auténtico, sólo en Lady M (www.ladymconfections.com) y en Hugo & Victor (www.hugovictor.com) encontrarás la definitiva excusa a ese nuevo viaje.
Al salir te estarán esperando Las Señoritas de Avignon (MOMA) o Impresión, sol naciente (Museo d´Orsay), entre muchas otras obras que te enseñarán a comprender que casi todo es arte, la gran dificultad es percibirlo.
Lady M, 41 East 78th St, New York
Hugo & Victor, 40 bd Raspail, París
Hoy estaba en el Museo Van Gogh, que vá a abrir la exposición de PICASSO en París, 1900-1907 (hoy era solo para la prensa!), tuve que pensar en vosotros y en este vuestro blog tan estupendo de "trotamundos elegante": poésia para los sentidos. Después en el restaurante nos tomamos una ensalada de carpaccio, queso parmesano y rucola pero frío como el hielo, lo tuvimos que acompañar con un consomé calentito de pollo (sín pollo). Yo por mi, me cojería "el tren" y me tomaría unos crepes junto con vosotros, pensando en todos estas maravilla de cuadros que he visto que es mi preámbulo a la primavera. Me lo comería saboreando la vida.
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